Este año el Adviento coincide con la celebración de la 28ª Conferencia, organizada por la ONU sobre el cambio climático, en Dubai. Si el Adviento es un tiempo de esperanza, también lo es el sueño de lograr un planeta más amigable, fruto de una relación con la naturaleza más acorde con lo que Dios quiere en la creación.
Hoy hemos encendido la primera vela de Adviento, expresando con ello el deseo de que la luz del espíritu ilumine a los dirigentes del mundo para encontrar salidas al problema ecológico que tanto daño está haciendo, sobre todo a la hora de provocar movimientos migratorios no deseados y desplazamientos de poblaciones que están perdiendo no sólo su presente, sino el legado que le dejaron sus antepasados.
Nuestro papa Francisco tenía previsto asistir a esta conferencia para recordar la doctrina de la Iglesia, expresada tanto en la encíclica “Laudato síi” como en la más reciente exhortación “Laudate Deum”. Al comienzo de las celebraciones hemos escuchando directamente las palabras del santo Padre, alentándonos en este tiempo de Adviento a tener una esperanza y una fe activa para contribuir así a un mundo mejor.